Friday, October 13, 2006

VARIACION:PESTE

I.

Hoy pesa
un frío de piedra.
A esta hora
la luz estancada refleja
lo que avanza
en los abrigos raídos de encierro


II.

El que abrió su placard
tentando en la oscuridad
la tela ríspida
usada hasta el hartazgo
trae consigo
el olor viscoso
su degeneración
adentro


III.

El colectivo de madrugada
se demora rejuntando
Hombres y Mujeres:
secretan
en el vapor de sus alientos
una hediondez cálida,
transpiran los vidrios
de veintiún pensamientos
gotas de savia negra
para el que mira envuelto
en el olor
rancio a humedad
de su tapado.


IV.

el que cubrió su cuerpo
del frío irredimible
no vio el musgo
depositado en la lana
el pulso lento
de lo orgánico
deslizándose


V.

a quien
el espejo devuelve
un vacío
donde extraviarse
a quien
tanteó el pelo hirsuto
del abrigo
al de
los ojos blancos
vueltos hacia adentro
al húmedo:
la marea
el flujo estéril


VI.

El camino de ida
a la hora de luz carnosa
corrompida de fluidos estancos, y
el camino de vuelta
al viento seco intemperado
exponen el cuerpo arropado
de quien
capullo de lana
enmohecido
larva siempre
río por dentro.


VII.

El Cuerpo del que
tanteó en sus órganos
como en un placard
donde vestirse
sin mirar o
con lo blanco del ojo
hacia afuera
o la mano que
entró al placard
como a un torax
con lo negro del ojo
vuelto hacia adentro
al espectáculo
que se quiere rosa
o palpitante de humores
no, no:


VIII.

Sale un río
del último latido
un río y
su propia luna
adentro para
el que mira
arrastrado
en el decurso lento


IX.

Hubo un anuncio
de noche
para el ojo expectante
un rumor de mancha
extendiéndose
sobre la tela gastada
fibra por fibra
el bisbiseo grosero
de la descomposición
detrás de la puerta entornada
del placard
hubo un anuncio
como de espuma demorada
sobre la arena
¡Así una ola hubiese
cubierto las casas
y vuelto a retraerse en su magma!
hubo un anuncio
avalancha quieta.


X.

Pulmones de madera
por fuera
y un interior rosado
de tejidos
para que un fuerte dios pardo
respire callado
el aire aceitoso
que horada la mano
rugosa del que
descuelga la prenda
goteando ya
hilo de savia
bajo la puerta
tan negra
como no ver.


XI.

Un vestido a medida
para el revés del cuerpo
guarda los órganos
en bolsillos internos
amarronados ocres amarillentos
biliosos verdes púrpuras
puntillosamente alojados
en el crespo molde
del abrigo
y más atrás
un cerco de huesos
y otro de músculos
para el inmóvil
en su centro
preso de vida


XII.

Queda atrás la morada
negreando su azote de savia
sobre todo lo que sale o permanece
adentro
el mismo lustre de goma candente
queda en quien porta el tapado
como un fino epitelio
afuera
y se encarama al estribo
pronunciando alquitranoso
la cifra del viaje:
el barquero que acciona
la máquina,
el pasaje de ida
de lóbulos blancos
en lugar de ojos,
el pasaje de vuelta
de labios quebrajados
como pintura vieja:
¡transportan siempre en hileras
su propia disolución!


XIII.

Negrece el aire
de la mañana,
rezuma la savia
en los poros
y rendijas:
el único día posible
despliega de una vez
guardarropa y pedrerías
Viéraslo ostentar
su muchedumbre
olorosa a cajas
baúles
y encierro.


XIV.

Hoy el agua de lluvia
machaca la tierra, ablanda
la caja de la caja
del torax adentro,
la reja blanca
de los órganos,
la máscara más antigua
impertérrita siempre.


XV.

Vamos
Que no se ignora un anuncio
como a un perro enfermo,
con algo de conmiseración,
ni se obturan sin más
los oídos la boca el ano
de un cuerpo incontenible
de humores
Vamos
que no sirve
el artificio del rubor
para tapar lo negro ni los vestidos
llagados de colores
camuflan la savia
Vamos
el que entró por la puerta
y se vio de lejos
reflejado en el vidrio
el primero que notó bajo el disfraz
la marca ahora.


XVI

Los que en un gran concilio
acuerdan actos infinitesimales
son los amantes más libres
a todo y a todos participan
vociferando, zumbando
indicando aquí y allá donde
antes hubo tierra, vacío
nombres para cubrir espacios
en blanco, debilidades de la madera
gastos precisos de las fibras
ritmo de hojas, ruido de líquidos y grasa .
Ahora, lanzados, lo que roza la mano los que
rajan las tablas blandas lo que habita la
grava informe respirando
el tufo orgánico
no distingue el borde de puntillas
avanza sobre el cuerpo primoroso
intima con la carne oscura:
vigilia eterna de la vida
amantes de las achuras
sumos bebedores con
antenas trompas y ventosas.
Libres.


XVII.

Cómo eluden las cosas
el cuidado,
se ajan los pisos
durante la noche
puñados de tierra seca
aparecen
cascarones vacíos
escamas semillas
sobre la baldosa
una grieta en
las paredes crece
el murmullo inaudible
ronco como un
estertor.


XVIII.

¿Martes es un día
con una historia rastreable
concatenada cada martes
por el hilo débil que busca
en los martes causas
de hoy, un martes
hoy
qué quiere decir
de aquel otro
apisonado entre el barro
y restos de madera
Martes, una mano
entra en la tierra
un hormigueo tibio
dura el sol afuera
si cada terrón
que sale un martes
trae una cuenta
o un lunar
qué, Martes?


XIX

hielo: oro
la ruta conduce
a la puerta de tu casa
patrono
letras mal pintadas
anuncian tu dominio
en vetas que se extienden
como brazos
peregrino
llama tu puño de polvo
y se deshace
hielo: oro
montañas de viajeros
frente al umbral
polvo, iridiscencia.


XX.

¿No vio en la fotografía
más atrás
de lo que salta a la vista
que es él sonriendo
mientras mastica
despreocupado
más atrás
donde el día
debió verse como un cielo
de vidrio y témpera
y el sol como rayos
pintados con marcador
más atrás
donde el teatro del mundo
debió recortarse
imitando
siempre
no vio
vacío
donde debía
simplemente
haber?



XXI

Viene, lo escucho
dice la mujer a sus hijas
asomadas al pozo
en el medio de la casa
viene de la guerra
piensa la más chica
se oye en el fondo
burbujear el barro
quiere algo blanco
dice la otra
y suelta un pañuelo
para que teja un sueño
como luz de día.

Thursday, October 12, 2006

Don José, autor del Diccionario

¿Don José
por qué
leyendo tu diccionario
descubro
el sentido avieso
de cada palabra
qué es
lo que han hecho
estos redactores
un tal Barili
y sus consanguíneos
por encargo tuyo
Don José
quién es
Alfredo Ortiz Barili
redactor del texto general
y Armando
Jorge
Pedro
del mismo apellido
qué clase de trampa
Don José
Charles Fourier
safiano
han urdido?
Quierote
perversor del continuo
grano donde tropezar
simulador, Fourcroy
Foulchê-Delbosc
¿qué cocoliche
construyeron
Don José
sos vos
esos mapas fraudulentos
esa historia improbable
ese Avicena
médico árabe
“El canon de la Medicina,
Libro de la curación,
etc.”?
et ceteris
Don José
reescribote
a
letra
proposición
partícula
símbolo
a, Don José
fraguador, albañil
que hiciste con la a
tornero, a, místico.

Friday, October 06, 2006

Hänsel

1.
Era una rama que su padre había atado a
un árbol seco
y que el viento movía
hachazos de artificio, Hänsel:
un velo se descorre, trastornado
el verde del pasto cede
su brillo marihuanero
a la desmesura
avalanchan calles de tierra sus olas de crepita
traviesa un fisgador raudales de campo al verte pasar
acodado al lomo de su tridente

Corriente Hänsel
se apaga la pátina de tu norte
tantas piedras por triar!
¿Por dónde, luz de luna
cintila el camino de vuelta
o un bastidor sostiene al bosque
como ese leñame que el viento movía
a imitación de un padre?
(la viga en la espalda lo delata
leñador bastido)

Hänsel, maratonista nocturno de pan,
Migo el camino con vos.


2.
¡Y tan oscura! Daban su esencia
Las yerbas.
Ramón del Valle-Inclán

Comenzó ya la tercera mañana
el humo dulce del kif te anuncia
bienvenido Hänsel voraz, umbrío
jardín de cáñamo para insuflar tu cachimba
mi almibarante de resinas
nariz de fumarola
maestro armador adormilado
Si: Hänsel reencontrado.


3.

Leche y buñuelos con azúcar
para mi párvulo nutrimental
embarrotado de cielos protectores
y cebos proteicos,
pábulo siempre
jaulo abierto al domeño

y después

cofres llenos de perlas y piedras
púber al contado
un charter fatuo de ánade
para volver a tu orilla
fastos de bourgeois conquérant


4.

—¡Afiliado Hänsel!
Te acuño
hijo a manos llenas.

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